La revolución de los drones en la agricultura chilena

La “era de los drones” ha transformado el trabajo agrícola en Chile. Estos aparatos, que antes se usaban principalmente para pulverizar agroquímicos, hoy cumplen funciones avanzadas como el monitoreo de cultivos, la detección temprana de plagas, la identificación de estrés hídrico y la elaboración de modelos 3D de terrenos.

Según el académico Christian Pérez (Universidad de Santiago), los drones permiten un mapeo preciso de la salud vegetal mediante cámaras multiespectrales y térmicas, reemplazando inspecciones manuales y mejorando la eficiencia.

Empresas como Cuatro Vientos y Famagro lideran el arriendo y venta de drones agrícolas, destacando su capacidad para ahorrar hasta un 90% de agua y 30% en productos químicos, aunque el costo inicial puede superar los $30 millones. Los servicios de aplicación varían según cultivo y superficie, con precios aproximados de $850 a $1.100 por litro aplicado.

No obstante, la adopción masiva enfrenta barreras económicas y culturales. La profesora Paula Santibáñez (Universidad San Sebastián) señala que muchos agricultores aún prefieren métodos tradicionales, sobre todo en predios pequeños, donde el costo operativo de los drones resulta menos rentable.

A pesar de estas limitaciones, los drones se consolidan como una herramienta clave para la agricultura moderna, aportando eficiencia, precisión y sustentabilidad en la gestión de cultivos.